martes, 4 de octubre de 2011

Magnolias







Ixtapa Zihuatanejo, en algún día de Mayo '93


Bajé con mis hermanos corriendo a la playa del Hotel Fontan. Acabamos de desayunar.
- ¡No se metan a la alberca o al mar después de comer! - era la indicación de siempre.


Cubetas de plástico o hasta vasos desechables se convertían en los elementos must have durante ese tiempo de espera para hacer digestión.


Hacer castillos de arena.
Muchos.


Con una mezcla exacta de agua de mar y arena.
Jugar a ser arquitectos.
A veces teníamos tanto tiempo que podíamos construrle fosos para contener el agua, y muchos niveles, y muchos puentes.
A veces la mezcla fallaba y todo colapsaba antes de poder colocar las torres de vigilancia.


Pero siempre, al final del día, llegaba una ola gigante que lo barría todo
dejándonos sin castillo... sin chanclas... sin cubeta... sin princesas.




*     *     *


Mis flores favoritas son las magnolias,
por orgullosas y frágiles.


Por efímeras.


*     *     *


Cambiarse de casa.
Tirar cosas inútiles.
Cambiar las rutinas.
Tirar los tenis viejos.
Regresar por un camino diferente.
Reconfigurar lo programado.
Regalar libros viejos.
Regalar tu ropa.
Cambiar de desodorante.
Tirar los cuadernos con anotaciones.
Reforzar en lo que se pueda, el desapego.


No para desprenderse a cada rato.
... sólo para sufrir menos cada que el mundo se sacuda y tire tu torre de naipes.


domingo, 2 de octubre de 2011

Princesa Magali







El viernes mi coche me dejó botada en plena Ave. Aquiles Serdán.
Viernes de final de mes y de quincena.
Hablé al seguro, me mandaron una grúa la cual llegó a los 40 minutos... 
El operador ancló mi coche y me indicó que subiera del lado derecho al asiento del copiloto.
- Vamos al sur a dejar el coche en el taller - le dije al chofer.
-Uy señorita, vamos a hacer como hora y media con este tráfico... bueno no importa, mientras les puedo contar que ya soy abuelo...-


El señor González me contó como 2 horas antes de llegar por mí en su grua, la novia de su hijo acababa de dar a luz a su primer nieto varón. - Se va a llamar Bryan- me dijo - Mi nuera escogió el nombre. La verdad no me gusta mucho, pero pues ya ellos sabrán. Hasta hoy que me di cuenta que me hubiera encantado que mi nieto se llamara como yo. Ya ni modo-.


Me contó como ya tenía una nieta, Magali. Ella era de su hija la más chica, de 18 años. - Señorita, usted sabe que siempre los bebé son bendiciones... y por dios que adoro a mi nieta... pero mi hija quería ser cosmetóloga. Hubiera sido muy buena, siempre fue muy hábil para esas cosas.... Con la llegada de la bebé, vi que su sueño se desmoronó. Ahora vive con su esposo en un cuarto con bichos y me duele eso mucho, porque mi hija podía tener más que eso. Pero ella lo escogió así... ¿usted tiene hijos?-. 


- No, aún no - respondí.


- Igual y no soy quién para decirselo, pero qué bueno que sea así. Yo llevo trabajando muchos años, muchos de verdad, para sacar adelante a mis hijos. Tuve la fortuna de tener una esposa bien chambeadora y muy movida. Muy humilde como somos, pero a mis hijos les dimos todo lo que estuvo en nuestras manos. Ahora ya estoy muy cansado. La vida se me fue chambeando. La mera verdad, me hubiera gustado tener más tiempo para mi. Para viajar, trabajar y comprarme cosas. Ya ese tiempo se me paso. Ese tiempo se lo deseé a mis hijos y tampoco lo tuvieron. Ahora se lo deseo a usted-.


Qué abrumador.
No supe si seguir con el tema o cambiarlo abruptamente.
Hubo una pausa y un silencio. 
-¿Y qué es lo que más le ha gustado de la llegada de Magali?- le pregunté.


-Verá, mi nieta es de lo más tranquila. Nomás llora cuando tiene hambre o cuando tiene el pañal sucio. Cuando me ve, ya me reconoce y sonríe. Es imposible no enamorarse de la chamaca. A todos nos ablandó..


- ¿Y a quién se parece? - lo interrumpí.
Sonrió.


- Es igualita a mi hija, la viva estampa. Hasta tiene el mismo remolino acá en el copete - me dijo mientras se levantaba la gorra y se señalaba el fleco. - También huele a manzanilla, como mi hija cuando era bebé.   


Y el resto del trayecto se fue en la plática de sus hijos, sobre todo de la menor... de cómo había sido muy estudiosa de chiquita y siempre estuvo en cuadro de honor. De cómo había heredado el talento de su mamá para las manualidades y la paciencia que tenía para esas cosas. De cómo siempre fue la más alegre y extrovertida de la casa. De cómo se sobaba la panza desde el día que supo que Magali venía en camino.


Hizo una pequeña pausa.
-Mi hija va a ser una mamá fabulosa.


Llegamos al destino y me ayudo a bajar el coche donde le habían hecho un espacio.
Le agradecí por el traslado y por platicarme su historia.


- No señorita, gracias a usted. Gracias por escucharme. Reafirme que tengo una familia hermosa.
Le firmé unos papeles, echó a andar el motor de su vehículo y se fue.


Llegué a casa de mis papás y mi mamá me estaba esperando con pan de muerto y café. 
Llegó mi papá a los pocos minutos.
- ¿Cómo te fue? Me quedé con el pendiente...


Y les platiqué del señor de la grua, de su nieta Magali y parte de la historia.
Cenamos y les dije que hoy quería quedarme ahí.


Mi mamá me abrazo y sonrió.
- Quédate siempre que quieras, esta es tu casa.
Subimos juntos al hall, platicamos otro rato y me dio un beso de buenas noches.


Mi corazón se ablandó de alegría.
Soy muy afortunada:
...Yo también tengo una familia hermosa.