domingo, 17 de febrero de 2013

Terapia de media noche







Primero que nada, espero que esto no suene a una apología.

Extrañaba escribir y ese dolor que traigo en la boca del estomago desde hace días me hizo querer venir acá a enmarcar este microsegundo de enojo.

(Perdón, pero hoy estoy aquí con fines terapéuticos)

Hoy, ahorita, a las doce de la noche de un domingo menguante, me cubre mi capa de ansiedad. Y hoy es pesadísima.

Soy María. 29 años. 
Yo quería huir de aquí.

Estoy muy lejana a ser perfecta.
Olvido cumpleaños, no recuerdo apellidos, 
No recuerdo cuántas veces cuento una misma historia.
Le sonrío a los extraños.
No se chiflar ni andar bien en bici. 

No escucho bien del oído derecho.
Se donde herir cuando quiero ser lastimera. 
No sé cocinar arroz.

A veces, soy demasiado cínica.
A veces, huyo cuando se aproximan demasiado.
No soporto el olor a rosas.
Siempre amanezco triste el día de mi cumpleaños. 
Disfruto ser el centro de atención.
Me gusta el control y eso me hace ser por ratos incisiva.
Temo que mi inmortalidad se reduzca a dejar en este lugar cientos de pañales que use de pequeña y aún no se desintegran.
Me aterra ser olvidada.

Sobre todas las cosas, odio mi vulnerabilidad.


Y me toca humanizarme y ver que tengo tantas esquinas despostilladas
Maquillar los moretones en las piernas.
Hoy me siento tan humana y violentable.

¿Cómo podría exigir la perfección si yo estoy encontrando algunos fragmentos míos en el suelo?

De repente, me encontré inmersa en tonto desapego infinito
Pensando que la practicidad me traería un poquito más de calma.
Todo salió conforme al plan.
Todo ha salido cómo yo lo he soñado.
¿Por qué entonces no siento ese jubilo en la sangre?
¿Por qué no me invade esa alegría desmedida?

Siento un hueco en el estomago de que algo estoy dejando pasar o algo no estoy viendo.
Estoy tan exhausta de auto analizarme y ver las piezas que me hacen falta.
Hoy quiero llorar por mi y por lo arrogante que he sido.


Que este momento de fragilidad me sirva para regenerar lo podrido...
porque estoy renuente a ser una egoísta más en este mar lleno de islas.


domingo, 28 de octubre de 2012

La copa de vino







Todo fue culpa del vino.

Era un Cabernet Sauvignon, el que recomendaron en una revista.
(A mi me gusta el Syrah, pero la reseña de este era espectacular).
¿Por qué no mejor tomé mi botella favorita?
No lo sé.

...Y también de las incomodas medias color champagne.

Yo nunca uso medias. Me dan comezón. Ni siquiera las encuentro favorecedoras.
¿Qué me llevó a usar medias ese día? 
No sé. 
No me interesa.

Abrí la botella de vino con la misma torpeza con la que abres un refresco de soda recién agitado.
Derramé las primeras gotas. 
Serví de más en cada copa. 
Las gotas escurrieron hasta la base creando círculos perfectos.
Tu estabas demasiado ocupado poniendo música para darte cuenta de mi bochorno.
Creo que fue mejor así. 
...Creo.

Brindamos por los nuevos tiempos y chocamos nuestras copas.
Brotó una cuarteadura y de ella un hilo de vino tinto que se deslizó entre mis dedos.
Disimulamos bien que ambos supimos que algo se fracturó en ese momento.
Maquille la escena para ocultar mi copa rota,
y el bochorno previo,
y los círculos perfectos.

Siguió la noche.

El resto de la velada mantuve la sensación en los dedos del líquido que escurría y se escapaba de mis manos en porciones pequeñitas. 

¿Por qué todo tiene que ser siempre tan metafórico?
A veces, sólo a veces, lo encuentro ridículo.

Sonreí con los labios resecos que de vez en vez humedecía en saliva para disimular las pequeñas grietas. 
Balbuceaba.
Por un momento, me sentí completamente de plástico.

No recuerdo el resto de nuestra conversación.
Creo que hablabas de tu perro... o de tu gato. 
La verdad, no recuerdo si tenías mascota.

Partí a casa repasando en qué momento me convertí en tan poco talentosa para el arte del coqueteo.

Lamento que me hayas conocido así.
(O talvez no, la verdad no sé).

Me hubiera encantado haber tomado una copa de vino, 
del que a mi me gusta... en mis vasos de vidrio.
Te hubiera invitado a sentarte en el sillón y te hubieras sentido tan familiar  que te quitarías los zapatos botándolos en el suelo. 
Y hubieras subido las piernas a la mesita de centro y hubiéramos visto películas el resto de la tarde.

Tantos hubieras.

Mejor me hubiera quitado las medias ese mismo día en el coche y hubiera regresado al super por mi botella favorita. 
Mi culpa siempre será ser indecisa y diluible. 

Pero yo siempre culparé al vino de esa noche.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Postales del Mar









Cadencia de las olas: la terapia gratuita.
Cada que tengo algún momento abrumador el primer refugio idealizado que viene a mi mente siempre es junto al mar.


Quitarse las sandalias y hundir los pies en la arena caliente,
Sentir los minúsculos granos de sal adherirse al sudor de la piel


Caminar hasta donde quedó la última marca de la última ola que acaba de partir.
Esperar a la nueva ola y al primer roce de agua fría en los pies.
Más agua salada y dura.


Sentir como los pies se funden con la arena blanca
El aire caliente en los pómulos que me roban la humedad de la sangre.
Llenarme los pulmones de brisa salina para llevar.


Cierro los ojos y todo lo que escucho es el sonido de ecos, 
de toneladas de agua que revientan sin lastimarme,
de granitos de arena que se compactan a cada golpe,  
...de todo y de nada a la vez.


Mirar al cielo y que el reflejo del sol en mis pestañas me de una postal del mar sobresaturada
No pensar en nada más que en mi minúscula yo.




Creo que necesito vacaciones.



Manía Perfecta










Hoy salí a caminar cerca de casa, sobre Reforma.
El poder sentarme en una de las tantas bancas y tomar una pausa ahí a veces es un regalo.
Mirar a la gente pasar... a quién va de la mano y a quién pasa sólo.
Verlos a los ojos e imaginar sus historias.
Recrear sus días.

Eduardo trabaja a pocas cuadras de mi casa. Toma la bici para su último trayecto.
Imagino que antes de empezar a andar, arremanga 5 centímetros a su camisa para sentirse más ágil,
Imagino que siempre al andar en la bicicleta aprieta más el manubrio derecho para sentirse más seguro,
Imagino que siempre camina por la sombra, cerca de los árboles,
siempre aspira hondo cuando pasa cerca de las jardineras guardándose todo el olor a tierra y humedad que le cabe adentro.
Exhala.
Suspira.

Mi vecina del primer piso tiene un bastidor frente a su ventana; éste da a la calle.
Imagino que después del café de la mañana, saca sus óleos y se sienta a pintar,
Imagino que le gusta el color salmón y los tonos ocres,
Imagino que tiene un pincel preferido, de mucho tiempo, el cuál limpia con más detalle y cuidado que otros,
Imagino que ella frota su pulgar con el dedo indice para enrollar las capas de pintura que secaron en sus dedos.
Probablemente deja de pintar cuando el sol se guarda,
y al día siguiente empieza su ciclo de nuevo,

Yo nunca camino sobre las ventilas de metro; siempre las rodeo. 
Sonrío cuando el viento me mueve el cabello y me cubre la cara; somos amigos.
Me resulta imposible conversar sin mover las manos demasiado.
Cuando estoy ansiosa me froto las manos sin control,
porque los nervios e inseguridades brotan entre el sudor de mis dedos.
Acaricio el huesito de mi clavícula cada que estoy estresada; me tranquiliza.

Imagino que ustedes imaginan que hago otras cosas...
O igual y no.


Un día sólo los observaré desde la banca cruzando la calle
Sin que me vean; los analizaré despacio, con mucho tiempo
Igual y no son nada asombrosos y me dan flojera; 
o igual y descubro que tienen las manías más hermosas del universo.



domingo, 1 de enero de 2012

Adiós 2011

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2011 llegó como se fue: rapidísimo.
A grandes rasgos me fue bien. 


Hubo gente que me decepcionó y me jugó chueco, 
pero también llegó a mi vida gente hermosa...  
llena de luz y de risa divina.


El año que recién acaba me dejó exhausta.
Conseguí un trabajo que involucra gran crecimiento profesional
(...pero que cansado resulta eso...)


Mi espacio en el pecho esta ocupado y tranquilo,
Mis suspiros son más pausados... menos agitados... lleno mis pulmones a todo.


Sé definir estabilidad.
Sé definir vulnerable.


Aprendí que a veces hay que hacer grandes sacrificios para obtener lo que deseas.
Aprendí que a veces lo que deseas no es lo que necesitas.


La vida no es justa. Ni lo será.


Hay momentos que en soledad saben mejor.
Hay atardeceres que existen para ser compartidos.


Hay momentos en los que se vale ser egoísta.
Hay eventos que tenemos que afrontar con la mayor humildad que contenga el alma.


Soy un ser finito.
Soy un suspiro en el universo.


Escogí que este 2012 será mi año trampolín: 
No se acabará el mundo, porque después de este año tengo demasiados planes.
Así que espero que los mayas estén muy equivocados... 
ya tengo una agenda llena hasta 2030.


¿Ustedes qué planes tienen para este año?


(Y no, no habrá Apocalipsis zombie.
Planeemos otra cosa).

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Lunas de Madera

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No pido la vida fácil.


De hecho, siempre la evito.
En las buenas y en las malas, como un buen matrimonio.


A veces la abrazo con más cariño cuando logro llegar a la meta, 
después de entercarme en tomar la pendiente más inclinada y llena de curvas.
A veces, la reniego y le escupo en la cara cuando me resulta traicionera y me muerde la mano.


No pido la vida suave.


Ni pido tratos con terciopelos.
Me gusta andar descalza, desnudar texturas, sentir las piedras.


No deseo adelantarme a mis tiempos.
No pido atajos para adelantarme en filas, 
no porque no los merezca; pero tampoco siento que los haya ganado.


A veces uno es quién decide qué tan difícil o fácil será la vida.
Basta con dejar de anhelar cosas y seguro sería una bobada de fácil.


Pero seamos sinceros: 
¿quién quiere una vida donde no tuvieras la opción de conquistar la luna?

martes, 4 de octubre de 2011

Magnolias







Ixtapa Zihuatanejo, en algún día de Mayo '93


Bajé con mis hermanos corriendo a la playa del Hotel Fontan. Acabamos de desayunar.
- ¡No se metan a la alberca o al mar después de comer! - era la indicación de siempre.


Cubetas de plástico o hasta vasos desechables se convertían en los elementos must have durante ese tiempo de espera para hacer digestión.


Hacer castillos de arena.
Muchos.


Con una mezcla exacta de agua de mar y arena.
Jugar a ser arquitectos.
A veces teníamos tanto tiempo que podíamos construrle fosos para contener el agua, y muchos niveles, y muchos puentes.
A veces la mezcla fallaba y todo colapsaba antes de poder colocar las torres de vigilancia.


Pero siempre, al final del día, llegaba una ola gigante que lo barría todo
dejándonos sin castillo... sin chanclas... sin cubeta... sin princesas.




*     *     *


Mis flores favoritas son las magnolias,
por orgullosas y frágiles.


Por efímeras.


*     *     *


Cambiarse de casa.
Tirar cosas inútiles.
Cambiar las rutinas.
Tirar los tenis viejos.
Regresar por un camino diferente.
Reconfigurar lo programado.
Regalar libros viejos.
Regalar tu ropa.
Cambiar de desodorante.
Tirar los cuadernos con anotaciones.
Reforzar en lo que se pueda, el desapego.


No para desprenderse a cada rato.
... sólo para sufrir menos cada que el mundo se sacuda y tire tu torre de naipes.


domingo, 2 de octubre de 2011

Princesa Magali







El viernes mi coche me dejó botada en plena Ave. Aquiles Serdán.
Viernes de final de mes y de quincena.
Hablé al seguro, me mandaron una grúa la cual llegó a los 40 minutos... 
El operador ancló mi coche y me indicó que subiera del lado derecho al asiento del copiloto.
- Vamos al sur a dejar el coche en el taller - le dije al chofer.
-Uy señorita, vamos a hacer como hora y media con este tráfico... bueno no importa, mientras les puedo contar que ya soy abuelo...-


El señor González me contó como 2 horas antes de llegar por mí en su grua, la novia de su hijo acababa de dar a luz a su primer nieto varón. - Se va a llamar Bryan- me dijo - Mi nuera escogió el nombre. La verdad no me gusta mucho, pero pues ya ellos sabrán. Hasta hoy que me di cuenta que me hubiera encantado que mi nieto se llamara como yo. Ya ni modo-.


Me contó como ya tenía una nieta, Magali. Ella era de su hija la más chica, de 18 años. - Señorita, usted sabe que siempre los bebé son bendiciones... y por dios que adoro a mi nieta... pero mi hija quería ser cosmetóloga. Hubiera sido muy buena, siempre fue muy hábil para esas cosas.... Con la llegada de la bebé, vi que su sueño se desmoronó. Ahora vive con su esposo en un cuarto con bichos y me duele eso mucho, porque mi hija podía tener más que eso. Pero ella lo escogió así... ¿usted tiene hijos?-. 


- No, aún no - respondí.


- Igual y no soy quién para decirselo, pero qué bueno que sea así. Yo llevo trabajando muchos años, muchos de verdad, para sacar adelante a mis hijos. Tuve la fortuna de tener una esposa bien chambeadora y muy movida. Muy humilde como somos, pero a mis hijos les dimos todo lo que estuvo en nuestras manos. Ahora ya estoy muy cansado. La vida se me fue chambeando. La mera verdad, me hubiera gustado tener más tiempo para mi. Para viajar, trabajar y comprarme cosas. Ya ese tiempo se me paso. Ese tiempo se lo deseé a mis hijos y tampoco lo tuvieron. Ahora se lo deseo a usted-.


Qué abrumador.
No supe si seguir con el tema o cambiarlo abruptamente.
Hubo una pausa y un silencio. 
-¿Y qué es lo que más le ha gustado de la llegada de Magali?- le pregunté.


-Verá, mi nieta es de lo más tranquila. Nomás llora cuando tiene hambre o cuando tiene el pañal sucio. Cuando me ve, ya me reconoce y sonríe. Es imposible no enamorarse de la chamaca. A todos nos ablandó..


- ¿Y a quién se parece? - lo interrumpí.
Sonrió.


- Es igualita a mi hija, la viva estampa. Hasta tiene el mismo remolino acá en el copete - me dijo mientras se levantaba la gorra y se señalaba el fleco. - También huele a manzanilla, como mi hija cuando era bebé.   


Y el resto del trayecto se fue en la plática de sus hijos, sobre todo de la menor... de cómo había sido muy estudiosa de chiquita y siempre estuvo en cuadro de honor. De cómo había heredado el talento de su mamá para las manualidades y la paciencia que tenía para esas cosas. De cómo siempre fue la más alegre y extrovertida de la casa. De cómo se sobaba la panza desde el día que supo que Magali venía en camino.


Hizo una pequeña pausa.
-Mi hija va a ser una mamá fabulosa.


Llegamos al destino y me ayudo a bajar el coche donde le habían hecho un espacio.
Le agradecí por el traslado y por platicarme su historia.


- No señorita, gracias a usted. Gracias por escucharme. Reafirme que tengo una familia hermosa.
Le firmé unos papeles, echó a andar el motor de su vehículo y se fue.


Llegué a casa de mis papás y mi mamá me estaba esperando con pan de muerto y café. 
Llegó mi papá a los pocos minutos.
- ¿Cómo te fue? Me quedé con el pendiente...


Y les platiqué del señor de la grua, de su nieta Magali y parte de la historia.
Cenamos y les dije que hoy quería quedarme ahí.


Mi mamá me abrazo y sonrió.
- Quédate siempre que quieras, esta es tu casa.
Subimos juntos al hall, platicamos otro rato y me dio un beso de buenas noches.


Mi corazón se ablandó de alegría.
Soy muy afortunada:
...Yo también tengo una familia hermosa.



sábado, 10 de septiembre de 2011

Tengo un nuevo llavero





Atardecer en el Rio Hudson




Happiness is not something you postpone for the future; 
it is something you design for the present. 


Este último año aprendí muchas cosas. 


Tomo lo excelente que me dejó:
Yo no jugué a ser independiente.
En el momento que me salí de casa de mis papás era porque me iba a hacer bolas yo sola, porque nadie me obligaba a salirme.


Y nadie me obligó. Fue mi propia necesidad de moverme.


Afortunadamente, me he rodeado de gente muy activa y muy diversa.
Cada una con diferente presión social.
Me he rodeado sobre todo de mujeres independientes, y por tanto yo elegí que mi meta a corto plazo fuera esa: hacerme independiente como ellas.


Quería demostrarle a mis papás que formaron a una persona que puede vivir una vida respetable,
que sigo sus ideales conforme a la responsabilidad y el trabajo,
que no me pasará nada el día que falten, 
que pueden quitarse ese peso de encima.
Que soy independiente.


Pero sobre todas las cosas, quería demostrármelo a .


Y al principio fue terrible: llegar a un departamento sin nada, a una sala vacia, 
a un cuarto con sólo un colchón y mis libros. 
El primer mes ni refri había. 
Si se me antojaba una cerveza en la noche iba al Oxxo de la esquina, 
y compraba de una en una, porque se calentaban. 
Mi cena era un hot dog del Seven Eleven.


Maravilloso fue el día que llegó mi primer refrigerador. 
Hermoso es poder decir que es mío
Me hice del pequeño primer logro y me pavoneé con orgullo.
Maravilloso también fue el día que terminé de pagarlo.


Y así poco a poco de ese departamento vació lo hice un hogar.
Con fotografías, viniles, vasos de colores para todos y vino siempre en la cava para las visitas.


Dejé de comprarme ropa por un tiempo, 
dejé de ir a eventos o lugares costosos por hacerme de pequeños tesoros.
Aprendí que con los pequeños sacrificios llegan las recompensas.
El momento más difícil ya pasó.
Ahora tenemos un reino. 


Construir ese espacio que puedes compartir con todos los que amas es inigualable.


Es un reinito humilde y pequeño, 
pero es hermoso porque es nuestro.


Ojalá todos pudiesen pasar por una experiencia similar,
es una de las experiencias más gratificantes que he tenido en la vida.


Ahora comienzo una etapa nueva con Sofí,
su lado bohemio seguro adornará el nuevo departamento.
Trae colores y trae muchos sueños y trae mucha ilusión de hacer de ese espacio el lugar más bonito y más feliz del mundo. 
...Y lo será.


Todo ahora tiene sentido, la cronología de todo tiene lógica
y el presente se ha acomodado a la perfección.
¡No podría estar más emocionada! 


Ayer que conocí el departamento, me llevaron a la zotehuela que está rodeada de bugambilias y plantas hermosas. Es un espacio ideal para poner dos sillas y leer un libro bajo la sombra del edificio más alto de Reforma. 
Supe por qué ella lo había elegido.




Y así fue como encontramos el nuevo hogar.
Vengan, les pondré una silla.



domingo, 28 de agosto de 2011

30 Libros







Hace una semana comencé con esta lista por twitter, pero 140 caracteres me quedaron cortos y preferí pasarlos por acá.


Esta es mi lista de mis 30, ¿cuáles serían los suyos?


1. Uno que leyó de una sentada. 
Las Batallas del Desierto - Jose Emilio Pacheco; Aura - Carlos Fuentes



2. Uno que se haya demorado mucho en leer 
Natural Capitalism - Paul Hawken 


3. Uno que sea un placer culposo
El demonio y la Señorita Prym - Paulo Coelho
Jajaja... era joven, iba en secundaria. Me gustó mucho y ... ¡pues ya! Podría defenderlo si hace falta.


4. Uno que le gusta a todos menos a usted. 
Uy, muchos muchos: pero principalmente El Museo de la Inocencia - Orhan Pamuk ó ¿Quién se ha llevado mi Queso? - Spencer Johnson. Lo intenté, lo juro... pero no pude. Los dos los encuentro muy sosos. Lo siento.


5. Uno de viajes. 
Relato de un Naufrago de Gabriel Garcia Marquez... y El Señor de los Anillos (I-II-III) de Tolkien


6. Uno de un nobel 
El Lobo Estepario - Hermann Hesse 



7. Uno muy divertido 
The Curious Incident of the Dog in the Night Time - Mark Haddon 


8. Uno para leer por fragmentos 
Los Detectives Salvajes - Roberto Bolaño


9. Uno con una excelente versión cinematográfica 
Everything is Illuminated - Jonathan Safran Foer


10. Uno con una pésima versión cinematográfica 
El Perfume - Patrick Süskind


11. Uno que lo motive a visitar algún lugar 
Mar Morto - Jorge Amado (Brasil, Bahia... algún día)


12. Una biografía 
El Capitán Salió a Comer y los Marineros Tomaron el Barco - Bukowski (¿cuenta?) si no, el típico: El Diario de Ana Frank.


13. El primer libro que leyó en su vida
No recuerdo bien cual fue, pero en primaria teníamos maestras que nos fomentaron el gusto por la lectura prestándonos The Babysitters Club y Goosebumps


14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira 
Así Habló Zaratustra - Nietzsche. Pinche (genio) loco 


15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega 
El Alquimista - Paulo Coelho (jajaja, no tengo porque explicarlo)


16. Uno ruso que haya leído 
Anna Karenina - Leo Tolstoy... aunque confieso que no lo acabe, ¡Ay!


17. Uno de este año
Entrevistas breves con hombres repulsivos - Foster Wallace (en ese estoy) y Extremely Loud and Incredibly Close - Safran Foer. Este último me me sacó varias risas y lágrimas también.


18. El que más veces ha leído 
Martin Garatuza de Vicente Rivapalacio (lo amo, de verdad, es buenísimo)


19. Uno que lo haya sorprendido por bueno
El Evangelio Según Jesucristo - José Saramago; Brooklyn Follies - Paul Auster


20. Uno que lo haya sorprendido por malo 
El Viaje del Elefante - José Saramago


21. Uno de cuentos (no valen antologías) 
Historias de Amor - Rubem Fonseca



22. Uno de poemas (no valen antologías)
Elevación - Amado Nervo 


23. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez. 
El Principito - Antoine de Saint-Exupéry


24. Uno que no le prestaría a nadie. 
Cradle to Cradle - William McDonough 
¡Es que en su momento me tardé mucho en conseguirlo! Pero no se crean: si hace falta, pues se los presto... (si hace falta)



25. Uno para aprender a perder 
Aprendizaje o el Libro de los Placeres - Clarice Lispector; Tokio Blues - Murakami


26. Uno que asocie con la música que le gusta. 
Diario de Golondrina - Amelie Nothomb


27. Un libro que le regalaron y no le gustó. 
¿Por qué los hombres aman a las cabronas?... ¡¿en qué estaban pensando?!


28. Uno que lo haya asustado 
No Logo - Naomi Klein


29. Uno que se haya robado 
La Noche de Tlatelolco - Elena Poniatowska
(Casi lo robo, pero tuve que regresarlo a la biblioteca de la prepa para presentar finales. Malditos)

30. Uno que pueda salvar vidas 
Inmortalidad - Milan Kundera 
(Este libro siempre lo recomendaré, porque en cada uno la interpretación es diferente. Algunos tienen una lectura más superficial, otros se clavan; otros solamente nos quedamos meditando por días (o años) en qué tipo de inmortalidad es la que buscamos. Pero creo que a todos los que lo hemos leído siempre nos ha dejado con la idea en la cabeza.)

Termine. Ahora es su turno.
Echenme sus listas, quiero conocerlos mejor.