El hueso de su hombro me recuerda al perfil de una pequeña montaña,
de esas que besan al cielo diario y soplan besos en forma de neblina.
Estoy segura de que las pecas y lunares de su espalda forman alguna constelación,
pero aún no la memorizo lo suficiente para identificarla en los mapas astrales.
Y si no la forman, cuando él este distraído puedo unirlos con líneas punteadas
seguro tendría el dibujo de un barco o un avión de papel
Sobre su hombro el paisaje se ve diferente;
no reconozco nada, pero es un verde vivo
en un horizonte etéreo.
Y lo mejor de todo esto es que me he pellizcado
y no, no lo he soñado.
3 comentarios:
que bonitos sueños con los que uno sueña...
y que mejores los que uno vive...
disfrute al príncipe dueño en este momento de su inspiración y su sonrisa...
p.s. y que le traiga muchas sonrisas...
de las bonitas y cómplices!
Me encanto la manera en que te expresas acerca de esos lunares =) es hermoso cuando se tiene esa fuente de inspiración... Con tus comentarios en el twitter y tus pequeños y ocasionales blog's me haces el dia! GRACIAS!
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