Hace casi 7 años cuando entré a estudiar Diseño Industrial, el Lechón me acompaño a marcarme el kanji del sueño para toda la vida.
No mide más de 5 cm de alto.
Está 5 dedos abajo de mi ombligo y 10 dedos a la izquierda.
Ha tomado un color gris oscuro, requiere ya un retoque como-que-ya
... y lo amo mucho mucho.
... y lo amo mucho mucho.
En ese entonces, debía tomar una decisión, y renunciar a un sueño.
Me dolió en su momento... pero 7 años después puedo decir que valió la pena.
No soy actriz. No salí del CUT como planeaba.
No soy como sería si hubiera seguido ese camino.
Talvez pensaría diferente, tendría otros amigos, vestiría diferente
(... sería más elástica, eso me queda clarísimo, jaja)
¿Sería más humana, más romántica o más fría? No lo sé.
Sé como soy ahorita y me gusto un montón.
Mi sueño ya no es el mismo de ese entonces.
Mi sueño mutó, cambió de dirección, de tamaño, de compañía, de todo.
Y esa marca que hoy veo diario en el espejo después de bañarme es un recordatorio...
(bueno miento... a veces no me baño diario, ja)
Ahora quiero hacer gimnasia urbana, bajar de peso, cortarme el pelo a la Natalie Portman style (en Hotel Chevalier, si si) e irme a la maestría.
Es mi recordatorio de que aún tengo muchas cosas pendientes, la vida es muy cortita y no puedo darme el lujo de desaprovechar las oportunidades.
Y aunque sean sueños chiquitititos, los veo ahí, 5 dedos abajo de mi ombligo y 10 dedos a la izquierda.
1 comentario:
me gusta!!
(palabra clave: suppity jaja)
Publicar un comentario