Cadencia de las olas: la terapia gratuita.
Cada que tengo algún momento abrumador el primer refugio idealizado que viene a mi mente siempre es junto al mar.
Quitarse las sandalias y hundir los pies en la arena caliente,
Sentir los minúsculos granos de sal adherirse al sudor de la piel
Caminar hasta donde quedó la última marca de la última ola que acaba de partir.
Esperar a la nueva ola y al primer roce de agua fría en los pies.
Más agua salada y dura.
Sentir como los pies se funden con la arena blanca
El aire caliente en los pómulos que me roban la humedad de la sangre.
Llenarme los pulmones de brisa salina para llevar.
Cierro los ojos y todo lo que escucho es el sonido de ecos,
de toneladas de agua que revientan sin lastimarme,
de granitos de arena que se compactan a cada golpe,
...de todo y de nada a la vez.
Mirar al cielo y que el reflejo del sol en mis pestañas me de una postal del mar sobresaturada
No pensar en nada más que en mi minúscula yo.
Creo que necesito vacaciones.