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viernes, 17 de septiembre de 2010

El nuevo llaverito




Llego a la entrada del edificio y busco en mi nuevo llavero compuesto por 12 llaves la que corresponde al portón del estacionamiento. Pongo el freno de mano, apago el coche, camino a la puerta, abro el candado y quito los 3 pasadores del portón oxidado. Tarea - abrir la puerta del estacionamiento: done

Echo a andar de nuevo el coche para hacer los 10 movimientos que implica estacionarme en el cajón entre el Chevy del vecino, el Stratus gris de los coreanitos, las bicicletas y los botes de basura del edificio. Tarea - estacionarme en mi lugar si golpear propiedad ajena: check (o bueno... casi).

A veces algún vecino (guapetón) me echa la mano y cierra el portón en lo que yo hago mis mil movimientos en el coche al mero Austin-Powers-Style... otras veces llego ya demasiado tarde al edificio, todos están dormidos y me toca dar tropiezos en un edificio al que todavía no reconozco en la oscuridad.

Saco el llavero y selecciono las otras 3 llaves que abren la puerta de mi nueva guarida. Abro la puerta y respiro. Confieso que me gusta el olor de mi departamento: no huele a nada... o huela a mi... o huele a mis cosas... o huele a la ausencia de ellas. Es un lienzototote en blanco.

Es un espacio amplio y vacío, podría patinar ahí si quisiera... pero no sería capaz de hacerle esa agresión a ese piso laminado. (Mejor patinaré en calcetines).

Casi siempre, después de trabajar cambio mi look Godinez por unos jeans y mis tenis... y me salgo a caminar. Camino hasta la colonia de enfrente... y de regreso. Sólo así podré conocer mi territorio. Ya me saluda el español que tiene una cantina acá a la vuelta: y sólo pienso - Ya me reconocen los de la colonia: ya soy oficialmente "la vecina".

Saco las otras 2 llaves que abren la pequeña terraza y fumo un cigarrito mientras veo pasar los coches. Escucho a los vecinos... sus platicas... sus mentadas de madre... sus claxonazos... el bullicio de Chapultepec a una cuadra... la risa de mi rumi viendo True Blood... todo comienza a hacerse cada día más familiar.
 
Hay una lámpara de helicóptero en mi cuarto que me dejó su último dueño. No me atrevo a quitarla... ya es tan mía como si yo la hubiera puesto ahí desde un principio.

Habrá una pared turquesa... y un pizarrón negro... y un futón... y una pared con marcos blancos... muchas desveladas... y muchos platos sucios... y mucha ropa que lavar a mano... y una silla Barcelona blanca... y muchas flores... y muchas fotos... y muchos recibos de luz que pagar... y muchos mezcales... y muchas deudas... y mucha música pa alimentar al corazón... 

y me encanta la idea.
(Bienvenidos)

domingo, 6 de septiembre de 2009

The rol por the Rome




Mis chamacos chulos, una disculpa!... Llevaba mu
cho tiempo por ahí sin pasar por acá a dejarles algún saludo, pero ya, hoy decidí que debí pasar y reportar sobre los nuevos cambios.

Las cosas andan bien en la nueva chamba: he tenido que ponerme a aprender rápidamente Archicad y Vectorworks (con el segundo ya somos amiguis y puedo decir que siento que "lo conozco desde hace años" y el primero... bah, me saca canas verdes diario, pero ahí la llevo). Hay proyectos padres: muchos muebles para diferentes tiendas, proyectos de remodelación de restaurantes... de todo. Obvio yo estoy hasta abajo en el nivel jerárquico de la empresa y a mi me toca hacer talacha pa aprender como funcionan las cosas (y eso me encanta.. awwrrr).


Con la nueva chamba vinieron muchos cambios en el ritmo cotidiano. Mi nueva chamba queda en la Roma, y como muchos sabrán, la estacionada ahí es un desmadre completo. Decidí que el coche se quedará quietecito un rato. Así que ahora parte de la rutina diaria es agarrar el metrobus (ya desde varios años soy usuaria, pero ahora si lo uso diario-diario). Ya hasta tengo mi lugar favorito. En la parte del vagón delantero hay un espacio vacío destinado para silla de ruedas o carreolas. Cuando ese espacio está desocupado, ese es el lugar donde me encontrarán. Llamenme stalker, pero desde ahí voy espiando por la mañana a los automovilistas que pasan por Insurgentes en la misma dirección que mi gran Limousine roja.
Es un gran ejercicio ¿saben?

Con esta observación he notado varios patrones:
1 de cada 10 personas va leyendo su Publimetro, El Metro, El Gráfico, etc... mientras maneja por Insurgentes (ya sea recargándolo en el volante o colocándolo en el asiento del copiloto --> confieso que a veces, yo también lo he hecho... y creo que está mal, ja!).

1 de cada 5 mujeres al volante se va maquillando (con todo y que ya esté prohibido dentro del Regalmento de Tránsito... y si chicas, el lipstick, así sea color neutro, es maquillaje).

1 de cada 10 va desayunado mientras maneja (sandwich, yogurt, café, etc... yo pertenezco a estos, ya que antes no me faltaba mi café a la hora de manejar en la mañana).

Podría decir que facilmente el 70% de los conductores que transitan sobre Insurgentes, van solos en el coche (so sad!)
.

Dependiendo de la hora, diario he intentado bajarme en una estación diferente (ya sea Álvaro Obregón, Durango, Glorieta o Hamburgo) y llego caminando a la oficina desde algúna ruta alterna ---> esta es mi forma personal de reconocer la zona.

Pero siempre que puedo, si el camino que tomo me lleva a la Plaza Río de Janeiro, me siento un rato en alguna de las banquitas que rodea a la fuente y me pongo a soñar con el día en que me mude de casa: me encantaría mudarme a esta colonia.
Sueño con el día en que me mude a algún edificio que tenga historia, tipo La casa de las Brujas (justo el que está en Durango y Plaza Rio de Janeiro). Supongo que en estos parques y en estas bancas la gente sueña muchas cosas.

Mañana me bajaré en alguna estación y tomaré otra ruta diferente para llegar al trabajo, pa sentir que cada día hago un pequeño descubrimiento.