A estas noches
y estos días:
Gracias.
He tenido mis ratos de soledad.
Me han servido.
Me he escuchado.
La media hora antes de quedarme dormida generalmente medito un poco
sobre las conclusiones diarias.
Todo todo ha pasado por algo.
Y de todo me encuentro agradecida.
De no haber pasado en esa secuencia y a esa velocidad, las cosas serían diferentes.
Gracias.
Necesitaba recorrer esas calles,
Necesitaba sentir ese frío en los huesos,
Necesitaba esas pláticas,
Necesitaba esos regaños,
...y también esas mentadas de madre.
Necesitaba que me sacudieras,
Necesitaba perderte,
Necesitaba decepcionarme,
Necesitaba sentirme así de incomoda para moverme.
Necesitaba replantearme.
Necesitaba este momento de vulnerabilidad.
Necesitaba deconstruirme y tener todo todo en el piso
para saber cuales de mis pilares si son estructurales y cuales son de ornamento.
Me hacia falta recordar esas cosas
esos pequeños detalles que me hacen sentir viva
(que afortunadamente, hay muchos).
Mojarme. Despeinarme. Ilusionarme.
Sudar. Soñar. Bailar. Platicar. Llorar. Reír.
dios... me hacía tanta falta reír.
Gracias por haber sido la última pieza.
Gracias por aguantarme durante mi etapa emo
(de más de un año, jajaja... ¡ustedes son ultra-resistentes!)
¿Les cuento algo lindo?
Hoy he estado cantando.
Y asi es como empieza todo...
Y asi es como empieza todo...