domingo, 16 de mayo de 2010

Mi autoconfesión







Yo llamé al fracaso caida libre
Yo llamé a mi miedo inexorable
Yo llamé a mis sueños mi designio
Yo llamé al amor inalcanzable
 
Yo llamé a mi marcha indefinida
Yo llamé a mi tregua irreprochable 
Yo llamé a mi sangre sacrificio
Yo llamé vehemencia a la mi constante. 


M.

2 comentarios:

María dijo...

me sorprende

Gina dijo...

- esa obsesión por querer nominar todo es la que te estanca, tu super yo que todo lo racionaliza.
Jajajaj, eso me decía mi loquero todo el tiempo, luego leí esta entrada y me acordé de eso, y luego pensé también en que si todo lo racionalizaba y me recetaba prozac, pues peor. Así que en ese sentido, mejor el valium.
Gina