Hoy me duele mi mundo.
El corazón lo siento herido, la sangre me brota más caliente.
Algo oprime mi pecho y me hace jadear al llenarme de aire.
Mis manos me tiemblan.
Hoy la fuerza de mis piernas no me sostiene con tanta facilidad.
Me dí cuenta de lo pequeña que soy.
No controlo el universo.
(Tan abrumador y liberador como eso resulta).
...
Ayer rompí un sueño.
(o más que un sueño, una esperanza).
Me duele... Me pesa... Me desarma.
Mi inspiración se hizo líquida
y se me escapó entre las manos.
La quería para mi, con todas mis fuerzas.
Pero no pude contenerla y elegí dejarla ir.
...
He llorado toda la sal de mi cuerpo.
Ya no me queda nada mas que llorar.
Pero si es lo que requiero para que mi corazón herido sane
haré lo necesario para que así sea.
Hoy dejaré que me duela, que me cale para recordarlo
para aprender de él, para aprender a manejarlo...
Dejaré que toque fondo,
pero mañana será diferente.
Iniciaré mi reconstrucción
alejándome de todo lo que hiere.